Esta parte de la entrevista es muy personal, te comparto sobre la razón que me ha llevado a querer trabajar con el trauma, la ansiedad y la depresión. Tienes el podcast completo con la entrevista que me hizo Inés Moyano en Spotify, iVoox y iTunes. Aquí te dejo el enlace aquí por si aún no lo has escuchado.
¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Qué te hizo enfocarte en ansiedad y depresión?
En los últimos dos años me he interesado un poco más en esta área debido a una vivencia personal. Me interesa mucho el impacto del trauma y la resiliencia frente al trauma. Tanto la ansiedad como la depresión suelen ser síntomas muy comunes del trauma.
Personalmente he tenido experiencias que me han llevado a vivir desde la infancia con síntomas de depresión y ansiedad. He sido víctima de bulling, violencia de género, abuso sexual; experimenté una migración forzosa tras la separación de mis padres cuando tenía 10 años; sé lo que es convivir y tener un padre con una enfermedad mental grave… entre otras experiencias. Son experiencias difíciles, pero lo que me fascina es que todo esto no te determina. Por eso me he enfocado ahí.
Yo soy una persona altamente empática, lo cual agrava todo un poco más… pero todas podemos trascender estas experiencias, integrarlas, aprender de ellas y salir fortalecidas de cualquier situación. Con las herramientas correctas: la terapia psicológica, la alimentación, el trabajo con el cuerpo energético y a veces incluso la medicación. Es posible salir de todo eso y crear algo nuevo. Y para mí es un honor poder ahora ayudar a mujeres que no ven una salida de su sufrimiento actual.
¿Por qué crees que es importante hoy en día trabajar en esta área?
Porque hay que empezar a hablar de salud mental sin tapujos. Desde hace años que las estadísticas vinculadas a ansiedad y depresión son realmente abrumadoras, pero todavía ir a la psicóloga sigue siendo un tabú para muchas personas.
Luego tenemos el impacto de las redes sociales, donde se nos muestra una realidad artificial y “perfecta”, que genera mucha exigencia y falsas expectativas. También estamos saturadas de movimientos de espiritualidad descafeinada que cae en el positivismo tóxico, en la negación de la violencia y en los discursos reduccionistas sin consciencia histórica, de clase, social, étnica… Todo este contexto hace que muchas personas pasen por alto síntomas que deben ser trabajados en un contexto terapéutico, o que busquen respuestas y consejos en personas que no están capacitadas.
Estamos frente a una realidad en la que para el 2018 casi un 7% de la población española había sido diagnosticada con depresión y el mismo porcentaje con ansiedad, y de estas personas afectadas la mayoría son mujeres. Y esto se ha agravado desde que empezó la pandemia.
En España, según datos del ministerio de sanidad, se suicidan 10 personas al día, y lo intentan otras 200… Estamos hablando de que el suicidio es la primera causa de muerte externa (no natural) en el país. Entonces ya no es solo que es importante trabajar en esta área, sino que es importante difundir y naturalizar el estar mal y pedir ayuda. Y dejarnos de tanto positivismo tóxico.
¿Cuáles son las principales diferencias entre ansiedad y depresión?
Es común que se manifiesten juntas, e incluso que tengan un mismo origen. Para simplificar podríamos decir que la ansiedad se caracteriza por una respuesta fisiológica frente a lo que la persona considera como una situación de amenaza. El cuerpo entra en el mecanismo de lucha o huida, que es muy necesario cuando hay una amenaza real, pero cuando la amenaza no es real entonces estamos frente a un trastorno de ansiedad.
En cambio en la depresión hay una valoración negativa de la propia persona, o baja autoestima, apatía y desinterés, tristeza o simplemente dejadez de las actividades diarias, de la higiene personal.
Entonces mientras que en la ansiedad tenemos una sensación generalizada de alerta o angustia, hiperactivación, en la depresión tenemos la apatía y la tristeza, una pérdida de ganas de hacer cosas en general. Para considerar que una persona tiene ansiedad o depresión, los síntomas tienen que persistir durante algunas semanas o estar impidiendo que la persona haga vida normal.
Por supuesto que estar triste o tener preocupación es natural y parte de la vida, estamos hablando de cuando se convierte en algo que afecta a la vida de la persona.
¿Cómo podemos saber si estamos viviendo una época de ansiedad o de depresión? ¿Cuándo buscar ayuda?
Hay varias cosas a las que podemos prestar atención. Por ejemplo, si nuestro patrón de sueño empieza a cambiar, si empezamos a notar insomnio o que dormimos más horas de lo habitual. Si nuestro apetito cambia, ya sea que aumente mucho o que lo perdamos.
Observar si hay pensamientos negativos recurrentes con respecto a una misma o la vida en general. Sentimiento de soledad aunque se esté con gente, sentimientos de incomprensión o culpa.
Si estamos extremadamente irritables, o frecuentemente tristes sin motivo aparente. Si nos cuesta estar quietas y respirar, los movimientos repetitivos de articulaciones o hablar muy deprisa. Palpitaciones, bostezos excesivos, problemas digestivos como gastritis, inflamación del estómago, diarrea o estreñimiento… Dolores musculares y de cabeza.
Apatía frente a la vida, no tener ganas de hacer cosas, de quedar con nadie, o de cuidar la higiene o el aspecto personal. Estos síntomas no se presentan aislados, suele ser una mezcla de ellos. Y lo más importante es determinar si se mantienen en el tiempo.
¿Cuándo buscar ayuda? Yo creo que hay que normalizar buscar ayuda cuanto antes. Es decir, en el momento en el que se tiene un malestar. No hay que esperar a tocar fondo para buscar ayuda. No hay que esperar a haber colapsado, tener un ataque de pánico o un intento suicida para buscar ayuda. Hay que buscar ayuda en el momento en el que aparece el malestar. Para eso tenemos que ser muy honestas con nosotras mismas, preguntarnos ¿estoy bien? Y no como hace mucha gente de decir: “yo puedo con esto, esto no es nada”… y continuar hasta que se llevan al límite.
¿Qué tips nos podrías dar para el día a día si empezamos a notar que estamos ante esta situación?
El principal tip es buscar ayuda profesional. Si sospechamos que podemos estar padeciendo de ansiedad, depresión o simplemente ya hemos identificado que tenemos un malestar en nuestra vida aunque a veces no podamos identificar exactamente por qué… si ya somos conscientes de eso, este es el tip más valioso que te puedo dar.
Creo que es importante hacer la diferencia entre los tips de autocuidado y el acompañamiento terapéutico. Los tips de autocuidado nos pueden ayudar a prevenir y también ayudan a mantener la salud mental. Y el acompañamiento terapéutico es necesario cuando ya hemos identificado que tenemos un malestar y que los tips se quedan cortos, por decirlo así. El acompañamiento terapéutico no se puede sustituir por prácticas de autocuidado.
Si empezamos a notar que nuestro patrón de sueño o apetito cambian, notamos inquietud o apatía o algunas de las cosas que hemos venido mencionando. Entonces lo ideal sería buscar ayuda profesional.
Por otro lado, algunos tips que nos pueden ayudar a controlar o disminuir la severidad de estos síntomas son:
- Tener horarios fijos para las comidas.
- Irse a la cama respetando los ciclos circadianos, ya que es fundamental para la salud hormonal y mental.
- La meditación diaria.
- El contacto con la naturaleza.
- Evitar bebidas estimulantes como alcohol, azúcar, colorantes y edulcorantes artificiales y aditivos en las comidas.
- No forzarse o exigirse a estar bien YA.
Esta última es muy importante. Vivimos en una sociedad donde no nos permitimos el proceso. Y eso es terrible y muy contraproducente. Date tiempo y date la oportunidad de no estar bien, de entender que no estás bien y que quizá necesites ayuda. Pedir ayuda es muy valiente y muy resiliente. También es un privilegio, porque no todas las personas tienen acceso a profesionales de la salud mental, así que entender dónde estamos y las herramientas que tenemos. Y no dudar en usarlas.
Háblanos un poco de la importancia que tiene para ti la naturaleza y cómo integras este elemento en la práctica.
Desde mi cosmovisión es imposible no tomar la naturaleza en cuenta, porque nosotras mismas somos parte de la naturaleza, somos naturaleza. Las personas tenemos la ilusión de estar separadas del mundo natural, porque lo hemos modificado a nuestra conveniencia y porque nos hemos creído el cuento de que somos diferentes y más especiales que el resto de los habitantes del planeta.
Antes de la aparición del patriarcado y las religiones monoteístas, las personas vivíamos en comunión con la naturaleza, entendiendo y dependiendo de sus ciclos, entendiendo nuestros propios ciclos y el gran ciclo de la vida-muerte-vida. Entonces para mí es vital que volvamos a conectar con la naturaleza, porque es parte de quien somos, y cuando nos desconectamos de eso, perdemos una dimensión clave para nuestra salud física y mental. Y aparecen los desequilibrios de todo tipo.
Lo incluyo en la práctica a través de la alimentación natural integral y basada en productos de origen vegetal, porque los alimentos contienen información y memoria que es transmitida a nuestras células. Otra forma es escuchando los mensajes del cuerpo y la mente, aprendiendo a descifrar estos mensajes por medio del trabajo terapéutico para poder reconectarnos a nuestros ciclos y al flujo de la vida en armonía.
También por medio del trabajo con el sistema de chakras y movilizando o estimulando los meridianos energéticos a través del movimiento o la acupresión. Promoviendo el grounding o earthing, utilizando plantas medicinales, cristales, esencias, que son medicina.
Y en general transmitiendo esta visión de unidad y de interacción constante que tenemos con el entorno, para que poco a poco las personas puedan integrarlo, reconectar con su esencia y armonizarse con el resto de la naturaleza.
En mi opinión la muchos desequilibrios surgen de esa desconexión y la mayoría de estos desequilibrios, si no es que todos, se pueden beneficiar de una mayor conexión con nuestros ciclos y los del resto de la naturaleza. Que es finalmente volver a nosotras mismas.
Has llegado al final de la entrevista ¿qué te ha parecido? Me encantaría leerte en comentarios. Este ha sido un post muy personal, y espero que te haya ayudado a ver un rayito de luz si estás atravesando por un momento difícil.
Te abrazo fuerte,
Ágata